Primer tatuaje

Había estado contemplando la idea de hacerme un tatuaje durante años. Para mí, era más que solo un adorno en la piel; era una forma de expresar quién era realmente, de llevar algo significativo. Después de mucho pensar y planear, finalmente me decidí a dar el paso y sacar mi cita de tatuaje.

La primera etapa fue decidir qué tatuarme. Pase horas navegando por internet, hojear revistas de arte y explorar las redes sociales en busca de inspiración. Quería algo único, algo que resonara con su corazón y reflejara mi personalidad. Después de días de reflexión, finalmente encontré la pieza perfecta: un delicado diseño floral, que simbolizaba mi amor por la naturaleza y mi deseo de crecimiento personal.

Con la idea clara en mente, el siguiente paso fue encontrar el estudio de tatuajes adecuado. Después de leer reseñas y buscar recomendaciones, descubrí Tattoo Lovers, un estudio ubicado en la colonia México Oriente de la ciudad de Mérida, Yucatán conocido por su talentoso equipo de artistas y su ambiente acogedor.

Primero exploré el contenido de sus redes sociales, la cuenta de Instagram llamada tattoo_loversmx contaba con todo tipo de estilos de tatuajes, desde pequeños flashes en tendencia, hasta composiciones hermosas de anime o animales tiernos. Me sentí emocionada al ver el trabajo impresionante que habían hecho en otras personas, y supe que había encontrado el lugar perfecto para mi primera experiencia con tatuajes.

No dude en ponerme en contacto para agendar mi cita, y la respuesta fue inmediata, incluso me ayudaron a responder algunas dudas que surgieron en mi cabeza, como el tiempo que dura la curación de un tatuaje, y el rango de precios que podrían oscilar dependiendo del tamaño de la pieza que ya tenía en mente.

Mi cita fue agendada cuanto antes y en un día cómodo y todo estaba marchando excelente, sin embargo, a medida que se acercaba la fecha de mi cita, comenzaron a surgirme dudas. ¿Y si el tatuaje no resultaba como lo imaginaba? ¿Y si el dolor era insoportable? ¿Y si se arrepentía después? luche contra la ansiedad mientras esperaba el día, tratando de recordarme a mi misma que había tomado una decisión consciente y que todo saldría bien.

Cuando finalmente llegó el día de mi cita en Tattoo Lovers, estaba nerviosa pero determinada. Entré en el estudio y fui recibida por un ambiente cálido y amigable. El tatuador asignado, llamado Geyder, me saludó con una sonrisa tranquilizadora y la invitó a sentarme para discutir mi diseño.

Geyder escuchó atentamente mis ideas y me ayudó a perfeccionar el concepto, ofreciendo sugerencias expertas mientras trabajaba para crear el diseño final. Su calma y profesionalismo ayudaron a calmar los nervios.

Cuando llegó el momento de comenzar el tatuaje, me sentí nerviosa pero emocionada. Me acosté en la camilla y cerré los ojos, preparándome para el dolor que sabía que vendría. Sin embargo, para mi sorpresa, el dolor no fue tan malo como temía. Geyder trabajaba en mi piel con habilidad y precisión.

Después de una hora, el tatuaje estuvo terminado. El resultado final, quedé sin aliento al ver la obra de arte que ahora adornaba mi piel. Era perfecto, exactamente como lo había imaginado e incluso mejor de lo que esperaba. Me levanté de la camilla con una sonrisa radiante.

Mientras me miraba en el espejo, sentí una oleada de satisfacción y empoderamiento. Este tatuaje no solo era una obra de arte, sino también un recordatorio tangible de mi fuerza y ​​ capacidad. Nada me salvo de la super regañada de mi mamá, a ella no le gustan los tatuajes, y no me hablo como en 3 días por lo enojada que estaba, pero ya se le paso y ya hasta la convencí de hacernos un tatuaje juntas.

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